Un chow andino en Madrid
Yodax. Portada, 2023. El Cerrito <3 Infrestructura festivo/cultural andina en Madrid
[18:46, 27/6/2024] @x_Allysonvila<3: Hola Tony, una pregunta. Estoy escribiendo un artículo sobre El Cerrito<3. Según lo que tú te acuerdas…
[18:46, 27/6/2024] Tonichan Gus Gus❤️: ¡Dime!
[18:47, 27/6/2024] @x_Allysonvila<3: Para ti, ¿qué es El Cerrito?
[18:50, 27/6/2024] Tonichan Gus Gus❤️: Para mí…
[18:51, 27/6/2024] Tonichan Gus Gus❤️: El Cerrito es un espacio sociocultural donde se puede desarrollar cualquier tipo de actividad, desde un evento gastronómico hasta deportivo, sin faltar la cultura y el buen ambiente. Respetando todos los puntos que la ciudad solicita: medioambiente, biodiversidad… Un espacio concentrado que atiende hasta lo entendido como “malas conductas” que no se pueden hacer en cualquier sitio, como -Ay mira, ahí están jugando otra vez, han quitado cinco hierbas y han atado cuerdas a los árboles para jugar su partido de vóley- (…)2
Vila Anaya, Allyson. Bienvenidos a el Cerrito. El Cerrito <3 Infrestructura festivo/cultural andina en Madrid.
Antes de comenzar esta lectura, me gustaría ofrecerte la siguiente recomendación. Este texto es sonoro, por lo que en cada parte descubrirás un código QR el cual te sumergirá en el ambiente descrito.3
1991. Mis padres, Jaime y Carmen, en busca de “nuevas y mejores” oportunidades, decidieron emigrar hacia España. Sumergidos en la situación política que Perú abarcaba4, y con la esperanza de criar a su primer hijo en otro contexto —menos conflictivo—. Mi tía Nelly, a la cual le habían regalado un pasaje a aquí, fue la encargada de hacer posibles los primeros pasos en el país. En el contexto de una España en crecimiento económico y con gran demanda de “mano de obra”, peruanxs, dominicanxs, ecuatorianxs, bolivianxs y colombianxs fueron los primeros migrantes latinoamericanxs en establecerse en el país.
«Nuevos acentos, nuevos sonidos, nuevos olores, se colocaron en los pisos de los edificios que iban dejando los mayores. No faltaron las miradas de desconfianza. Los roces. Es lo que tiene la convivencia. Esa mudanza que trajo modos de habitar importados dejó su huella en el espacio físico. Los parques de El Retiro, fuente del Berro, Pintor Rosales, Agustín Rodríguez Sahagún… se transformaron como punto de encuentro en días de libranza. Ahí se instalaron canchas para practicar sus deportes, puestos improvisados de venta de comida, de cortes de pelo a 5 euros, de masajes con mentol chino. En esta metrópoli, la nueva casta de emprendedores latinoamericanos consiguió romper con sus comercios la monotonía de los envejecidos barrios. El negocio de la nostalgia empujó -donde años atrás se ubicaban mercerías o ferreterías-, la proliferación de locutorios, de restaurantes étnicos, panaderías ecuatorianas, peluquerías dominicanas, pollerías peruanas, agencias de viajes especializadas y locales de lencería colombiana. Mercados como el de Mostenses o Maravillas, incluyeron en su oferta los productos de los países de origen de los extranjeros (yuca, plátano macho, mote, lulo, tomate de árbol …). Las ventas se multiplicaron. Más de uno de esos alimentos encontró hueco en las grandes superficies y no tardó en aparecer en las mesas españolas o como bandera de propuestas gastronómicas de cocina de fusión.”5
Transformamos el país y lo convertimos en el segundo lugar del mundo con mayor población latinoamericana migrante asentada, justo después de Estados Unidos.6 Madrid se ha convertido en la parada obligatoria de cualquier vuelo de conexión Latinoamérica/Europa, generando un puente transnacional de gran importancia. Las familias y personas de Abya Yala7 nos hemos asentado de forma similar en el territorio, continuando el tejido de redes migratorias que componen algunos de los distritos de la “periferia” madrileña —entre los anillos de la M30 y M40—. Puente de Vallecas, Carabanchel, Usera, Latina, entre otros, nos muestran cómo, a través de las actividades de comercio y el uso distintivo de los espacios públicos, se han creado formas de apropiación y transformación del territorio receptor que los migrantes hemos podido implantar.
Es así como surge la necesidad de establecer una cartografía que, desde la experiencia personal y análisis urbanístico, da lugar a Otrx Madrid (Fig. 3), una representación característica de una capa más de la ciudad, la compuesta por colectivos, agentes y espacios de origen migrante, migrantes y racializadxs; un mapeo colectivo que nos muestra un Madrid resignificado. “Estos lugares persiguen, entre otras aspiraciones, mostrar que las personas migrantes, de origen migrante y racializadas somos más que manos de obra, estadísticas e incomprensión: somos sujetos culturales, creativxs e innovadores y, como tales, reclamamos nuestro lugar”.8
Partidos de vóley, venta de comida, cantantes, cómicos y animadores ambulantes, pasacalles, ensayos de caporales, cumpleaños… Son actividades o eventos —que al aire libre— se han formulado y tomado la ciudad dentro de los márgenes que la sociedad les ha permitido. Barrios, calles, parques, plazas y vacíos, que desde la tradición, la celebración y el sentimiento, han desarrollado nuevas realidades urbanas culturales.
Así es como yo, Allyson Vila, hija de peruanxs y parte de la segunda generación de migrantes andinxs9, he investigado y desarrollado, en colaboración y apoyo de otrxs10, una propuesta que trata de entender y responder a nuestra forma de habitar la ciudad, de manera festiva y cultural. —No sé si mi respuesta es mejor o peor, simplemente es una respuesta, a algo que yo vivo—. El Cerrito <3, infraestructura festivo/cultural andina en Madrid, más allá de ser un proyecto de arquitectura, es un manifiesto de nuestros olores, música, colores e identidades, que se han desarrollado a partir de la migración, apropiación y nostalgia. Referencias como la ropa de segunda mano, los peluches heredados, las comidas intensas y abundantes, los sentimientos en exceso, canciones y telenovelas nostálgicas, han sido parte primordial para la creación, representación y desarrollo de esta propuesta, que crea un lugar que llama la atención, de uno y muchos chows, que suena y huele, que molesta y convive. Una construcción para todos aquellos que, al igual que yo, se han sentido excluidxs del territorio.
El mapa nos expone componentes que las diferentes diásporas migratorias andinas —y latinoamericanas— han establecido en el término estudiado11, desde el entramado que creativxs y asociaciones han generado en torno y en el centro de la ciudad, hasta la trama que familias y cotidianxs establecen en los bordes. Barrios como el de Lucero12 son parte de aquellos que nos destapan la relación entre el uso del espacio público, el emprendimiento y la celebración. Y aunque cualquiera de las zonas que presentan este tipo de conexiones podría haber sido objeto de estudio e implantación, la propuesta se sitúa en un área de borde con mayor condensación y necesidad de regeneración urbana.
Por lo mismo, el proyecto parte de la operación de conectar dos escalas: el barrio con el parque y la plaza con el vecindario. Para ello, se han realizado las siguientes intervenciones (Figs. 3 y 4): Extensión de acera en esquinas y laterales, que trasladan a los vehículos —que comprimen la manzana— a una zona acondicionada. La creación de nueva accesibilidad por medio de rampas, que conectan las diferentes cotas del nuevo parque/plaza/infraestructura. La naturalización y suavizado de las curvas de nivel del terreno existente, que generan una zona libre de encuentro a través del suelo de albero. Bordes de vegetación silvestre que se alimentan de agua de lluvia reciclada, que parten hacia la zona más baja de la parcela. Las circulaciones y usos no han sido regladas, por lo que se genera un degradado de pavimento “duro” que permite la entrada y paseo por cualquier lateral del recinto y que además incorpora la iluminación del mismo, a través de estrategias de energía renovable. Un conjunto de acciones que transforman un espacio existente en uno que permite hacer todas las actividades ya dadas e integran nuevas como El Cerrito <3.
“Pensar la fiesta como ese ejercicio del derecho a hacer ciudad es un compromiso más con la capacidad que tenemos de construir relaciones afectivas entre nosotrxs y también con el lugar que pisamos. Al hacer fiesta hacemos ciudad”.13
El Cerrito <3, más allá de un nuevo lugar de encuentro y reunión, se trata de una y muchas fiestas, celebraciones, eventos, manifestaciones… Que parten de la autogestión y cooperación que las mismas asociaciones y grupos realizan en su día a día —organizadas para conseguir un lugar en un apartheid del espacio público—, y que por medio de disputas territoriales, conflictos vecinales y normativizaciones, han tratado a través de acuerdos, convivencia y desplazamiento, tomar alguna zona de la ciudad que les corresponde, ya que no existe regulación o infraestructura que lxs respalde.
La duración y uso de la infraestructura han sido cuestiones a tener en cuenta. Alejados de una temporalidad tosca y dura que muchas arquitecturas presentan, El Cerrito <3 depende de su utilización y cuidados, combinando piezas móviles, fijas, duras y delicadas que se montan al igual que una feria de barrio o un circo lo hacen.
Madera, rocas, cuerdas, troncos, enganches, eslingas, telas, se despliegan y componen tres zonas convivientes (Figs. 7 y 8): la de exhibición y música, donde orquestas, cantantes y grupos muestran sus haceres, por medio de dos escenarios principales. El redondo, sujeto con rocas de las cuales emergen altavoces, ofrece un espacio de baile que, acompañado de gradas y un escenario convencional, crea un ambiente festivo; la zona gastronómica, que se compone a partir de un escenario de cocina colectiva, donde un horno de leña y brasa —inspirado en las cocinas preincaicas— sostiene el mismo, acompañado de mesas comunitarias que, con las tabuchelas14, y junto a las piezas de barra de bar y almacén/vestuario, crean un lugar de encuentro a través de la comida; la zona de reunión y ventas se da con el último escenario, que con los puestos ambulantes de venta crean zonas de paso y estancia. Troncos a modo de bancos permiten el descanso de los asistentes y un anticolón —un antimonumento15 que sostiene la whipala16— funciona como batería del recinto.
La cubierta o cancán principal, inspirada en las estructuras de vestidos de quinceañera y con telas de vestuarios tradicionales, se sujeta a partir de un solo apoyo principal —que tallado con huacos17 que humedecen, alpacas y uniones en forma de flor— permite que se cuelgue, por medio de una corona metálica —cercha— un conjunto de aros metálicos que, entrelazado con eslingas, comprimen y traccionan un área que, a modo de carpa, aísla, protege e ilumina, desplegando un tutú que extiende el refugio de una zona de sombra en verano y un lugar protegido en invierno.
Conclusión:
Así es como El Cerrito <3 trata de responder a la construcción de una infraestructura necesaria para una realidad urbana actual, que parte desde Madrid, pero que es fenómeno de transformación de diferentes ciudades y países; poniendo de manifiesto la necesidad de incorporar diseños que respondan a culturas importadas —o nómadas— y permitan la adaptación y pertenencia de los llegados con la ciudad, sin la necesidad de ser desplazados hacia los márgenes —de ciudades, barrios, calles, parques, casas—.
Las costumbres y celebraciones son un medio por el cual se han establecido las conexiones y ensalces del país de origen y son las mismas que permiten una integración con el lugar receptor —aunque de forma conflictiva—. La cultura nos expone, de manera física, formas a las que atender y ocupar desde el espacio público —como unas cuerdas que se atan a unos árboles, como hasta el sonido del zapateo de un caporal— y su atención nos permitirá continuar con el crecimiento de los rizomas que componen las diferentes redes migratorias establecidas en la ciudad.
Este proyecto no es solo para un nosotrxs, es una propuesta para todxs, un apoyo a la ciudad, el barrio, las calles, parques y plazas, que se adapta, reivindica y lucha.
NOTAS:
- Otrx Madrid: Es un mapa de agentes culturales migrantes y racializadxs de Madrid por parte de la asociación cultural Yosoyelotre, que se une con la investigación fotográfica personal de Allyson Vila a través de @Aki_baddyfoto y al análisis y representación del territorio que actividades, eventos y tradiciones andinas lo componen por parte de FVJRAV<3 (Fiorella Vila, Juan Rol y Allyson Vila). Esto culmina en la creación de una plataforma virtual, con las ayudas a la creación y movilidad del Ayuntamiento de Madrid. Enlace a proyecto: https://migracionycultura.es/
- Conversación de WhatsApp con mi hermano, Brucce Anthony: Brucce Anthony Vila, viene a los 3 años a España, tras un año separado de nuestros padres.
- La música: Ha sido un componente más a la hora del diseño y entendimiento del proyecto. Sus ritmos, letras y ambientes han proporcionado formas de entender y crear en la ciudad, desde el hacer de otras personas, pero que al final contaban lo mismo. «Latinoamérica» de Calle 13, nos cuenta y describe identidades y escenarios a los que atender desde el urbanismo y arquitectura, en «La Jaula de Oro» de Los Tigres del Norte, escuchamos sentimientos ligados al síndrome del impostor en la ciudad, la nostalgia, el cariño y muchos otros reflejados, la no pertenencia… Por último, «Akakaw (¡como quema!)» de Los Mirlos y Renata Flores, nos traslada a ese ambiente más festivo, que rodea a la infraestructura, la sonoridad, el baile, el color… desde una perspectiva actual.
- En 1991: Perú, bajo la presidencia de Alberto Fujimori, enfrentaba una grave crisis económica y social, implementando políticas de choque para combatir la hiperinflación. El país estaba sumido en un violento conflicto interno con la intensificación de los ataques de Sendero Luminoso y el MRTA, mientras que las fuerzas de seguridad cometían violaciones de derechos humanos en su lucha contra la insurgencia. Esta situación generó inestabilidad y aislamiento internacional, además de altos niveles de pobreza y descontento social.
- Párrafo extraído de: O’Kuinghtton Úrsula y Villarruel Patricia (2018, 21 de enero). Veinte años del ‘boom’ de la inmigración latinoamericana. El País. Enlace al artículo.
- Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) de España y otras fuentes: La población de origen latinoamericano en España ha crecido significativamente en las últimas décadas. A principios de 2023, las principales comunidades latinoamericanas en España incluyen colombianos, venezolanos, ecuatorianos, argentinos y peruanos, con cifras que oscilan entre los 300,000 y 700,000 individuos dependiendo del país de origen.
- «Abya Yala» es un término de origen kuna que significa «tierra en plena madurez» y es usado por movimientos indígenas en América Latina para referirse al continente americano, destacando una visión propia y descolonizadora.
- Fragmento extraído de: Olivar Graterol, Dagmary en Vila Contreras, Fiorella (2024). Made in latam. La construcción colectiva de una(s) identidad(es) andina(s) en Madrid. Proyecto Fin de Carrera / Trabajo Fin de Grado, T.S. Arquitectura (UPM).
- La segunda generación de migrantes se refiere a los hijos de inmigrantes nacidos en el país de acogida, quienes crecen entre dos culturas, enfrentando desafíos únicos relacionados con la identidad y la integración social.
- Otrxs: Juan Rol Oliver, co-autor del proyecto de TFM. Colaboración y respaldo de Fiorella Vila Contreras, Husos Arquitecturas, asociación cultural Yosoyelotre, entre muchos otros.
- El análisis se establece sobre la corona metropolitana madrileña, con ambición de extenderse a otros territorios.
- Lucero es un barrio de Madrid que se encuentra dentro de los Ámbitos de Rehabilitación Preferente y Urbana (APIRU), zonas que reciben atención especial para la mejora de sus condiciones urbanísticas y sociales.
- Párrafo extraído de (p.11): Quiroga, Fran (2019). La fiesta, lo raro y el espacio público. Editorial Bartlebooth.
- «Tabuchelas» es el término usado para designar a los taburetes diseñados para el proyecto, donde una caja de cervezas «chelas» (en dialecto peruano) se reciclan para crear unos taburetes.
- Antimonumento, es una obra artística o estructura conceptual que desafía las convenciones tradicionales de los monumentos al subvertir su propósito con crítica social, histórica o política, buscando generar reflexión y debate en lugar de celebración pasiva.
- La wiphala es una bandera cuadrada multicolor utilizada ancestralmente por pueblos indígenas de los Andes. Representa la diversidad cultural y territorial de las comunidades originarias de la región.
- Los huacos son vasijas de cerámica de gran importancia cultural y simbólica para las antiguas civilizaciones precolombinas de la región andina, utilizadas tanto en rituales religiosos como en la vida cotidiana, representando un legado artístico y cultural invaluable.
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